Y REASUMIO Job su discurso, y dijo: Vive Dios, el cual ha apartado mi causa, Y el Omnipotente, que amargó el alma mía, Que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, Y hubiere hálito de Dios en mis narices, Mis labios no hablarán iniquidad, Ni mi lengua pronunciará engaño. Nunca tal acontezca que yo os justifique: Hasta morir no quitaré de mí mi integridad. Mi justicia tengo asida, y no la cederé: No me reprochará mi corazón en el tiempo de mi vida. Sea como el impío mi enemigo, Y como el inicuo mi adversario. Porque ¿cuál es la esperanza del hipócrita, por mucho que hubiere robado, Cuando Dios arrebatare su alma? ¿Oirá Dios su clamor Cuando la tribulación sobre él viniere? ¿Deleitaráse en el Omnipotente? ¿Invocará á Dios en todo tiempo? Yo os enseñaré en orden á la mano de Dios: No esconderé lo que hay para con el Omnipotente. He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué pues os desvanecéis con fantasía? Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente. Si sus hijos fueren multiplicados, serán para el cuchillo; Y sus pequeños no se hartarán de pan; Los que le quedaren, en muerte serán sepultados; Y no llorarán sus viudas. Si amontonare plata como polvo, Y si preparare ropa como lodo; Habrála él preparado, mas el justo se vestirá, Y el inocente repartirá la plata. Edificó su casa como la polilla, Y cual cabaña que el guarda hizo. El rico dormirá, mas no será recogido: Abrirá sus ojos, mas él no será. Asirán de él terrores como aguas: Torbellino lo arrebatará de noche. Lo antecogerá el solano, y partirá; Y tempestad lo arrebatará del lugar suyo. Dios pues descargará sobre él, y no perdonará: Hará él por huir de su mano. Batirán sus manos sobre él, Y desde su lugar le silbarán. |