VENID y volvámonos á Jehová: que él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Darános vida después de dos días: al tercer día nos resucitará y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer á Jehová: como el alba está aparejada su salida, y vendrá á nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana á la tierra. ¿Qué haré á ti, Ephraim? ¿Qué hare á ti, oh Judá? La piedad vuestra es como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada viene. Por esta causa corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos. Mas ellos, cual Adam, traspasaron el pacto: allí prevaricaron contra mí. Galaad, ciudad de obradores de iniquidad, ensuciada de sangre. Y como ladrones que esperan á algún hombre, así junta de sacerdotes mancomunadamente mata en el camino: porque ponen en efecto la abominación. En la casa de Israel he visto suciedad: allí fornicó Ephraim, se contaminó Israel: También Judá puso en ti una planta, habiendo yo vuelto la cautividad de mi pueblo. |