SEGUN su antojo busca el que se desvía, Y se entremete en todo negocio. No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en lo que su corazón se descubre. Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, Y con el deshonrador la afrenta. Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo revertiente, la fuente de la sabiduría. Tener respeto á la persona del impío, Para hacer caer al justo de su derecho, no es bueno. Los labios del necio vienen con pleito; Y su boca á cuestiones llama. La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma. Las palabras del chismoso parecen blandas, Y descienden hasta lo íntimo del vientre. También el que es negligente en su obra Es hermano del hombre disipador. Torre fuerte es el nombre de Jehová: A él correrá el justo, y será levantado. Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, Y como un muro alto en su imaginación. Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y antes de la honra es el abatimiento. El que responde palabra antes de oir, Le es fatuidad y oprobio. El ánimo del hombre soportará su enfermedad: Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado? El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia. El presente del hombre le ensancha el camino, Y le lleva delante de los grandes. El primero en su propia causa parece justo; Y su adversario viene, y le sondea. La suerte pone fin á los pleitos, Y desparte los fuertes. El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte: Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar. Del fruto de la boca del hombre se hartará su vientre; Hartaráse del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos. El que halló esposa halló el bien, Y alcanzó la benevolencia de Jehová. El pobre habla con ruegos; Mas el rico responde durezas. El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo: Y amigo hay más conjunto que el hermano. |